En la nieve
"La nieve cubre al mundo" Herman Hesse
A Georgina
Gaviotas hambrientas
contaron lo que vino
(lo que vimos)
el chillido blanco
del caer
la copa del ciprés
derramada
en manos del festejo
Brindamos
El futuro-cangrejo
fue
hacia lo desconocido:
el beso
Estuvimos helados
enigmáticos
heridos por la luz
Asidos a la última alegría del día
En espera
(No es fácil respirar
en un aire de pañuelos
que despiden)
Al costado
encallado en el silbido
alto de la conífera
el mal
abarrota voces
anclajes
en la sombra del sauzal
y su fundado llanto
El mar
pegado al silencio
frágil
de los crustáceos
a la grandes olas
blancas en su cresta
negras en su fondo
Huimos de lo iluminado por las flores
En la boca calle la margarita
escribe con pétalos de otro cuerpo
a las gárgolas que esperan felicidad
Huimos
El Buey Solo Bien Se Lame
retumba
pesado por la oscuridad
(pasillos antes íntimos)
(Pasaje de humedad primitiva)
Una marea
abierta a los naranjos
el campito de luz
copia a veces
resplandores
en la casa abandonada
Días de piedra
raspan sobre el polvo
grafía de extraño calendario
El eco de un viaje
El hueco
sin corazón
sin temblores
miserable en su destino
de alejar
y recoger
Morir ocho horas
antes que
las ovejas salten
el semáforo el cerco
del sueño
Fantasmas hambrientos
habilitan boquear
por el apetito de los vivos
En la factura de lo hecho
depositada mañana
Herrumbre en la moneda del sol
El fuego
fisgonea
un
hogar
frío
(la astilla de un barco
da combustión de amaneceres
de precarios diálogos
inventados en la nada
de la nada)
Decir no
deja en la boca
un túnel
un látigo
sin chasquido
sin castigo
una marca
roja
concentrada en sí
exenta
de dolor
de olvido
El troglodita
cava
encaramado en la acción-trinchera
deja afuera
menores esfuerzos:
un recuerdo joven
mientras pasea por cornisas
conducentes al fresco mantillo
Las cañas
agitan melodías
en la calma
arena de verano
ofrece espejo a los sueños
(silbidos agudos
como pesadillas de otro insomnio)
Patios inflan ropas
rotas
muertas en la luz
no porque el viento hostigue
sino
porque la ausencia
ejerce una presión de niño sobre
las cosas
Espalda
De fragores no se habla
a la geometría de tu paso
(La daga aguarda
en su vaina de silencio
de traición)
Cifrado mensaje
repite el zinc
Lo que fuimos
cae
como agua
Alcanza el interior
de un techo
de secretos
Bebe allí
paloma
y muere
Es de sed su murmullo
Es de fluir su llegada
Brilla
la ausencia
en
un aire
electrizado
Mueve el magnetismo
de un sueño
En el centro de la habitación
el haz mayor
ilumina y alimenta
A un lado
fuera de toda parsimonia
e trébol
de cuatro hojas pierde
suerte
(me quiere no
me quiere)
Vaciados de toda formalidad
dejamos
en un respaldo ropa
hacemos lo fotográficamente correcto
encender velas que nos consumen
nos dejan
sequitos
en la vulnerable instantánea
En la voz de los caracoles
está dicho
feliz la arena en su castillo
sus habitantes lúdicos
sutiles materias
en su juego
Otra vez
quien come luce
arcadas magníficas
Escotes profundos
ocultan
antropofagia
remordimientos del amor violento
Los caballos de cerámica
aparecen
seguidos de la comedia del neón
En su grupa
un esmalte refleja
la palabra perdida
Otros contornos
rasgan
lo guardado en lo fino
de la memoria
Bruñido silencio
Las puntillas
ya no tan blancas
de-tallan
la orfebrería de tus manos
Tierra bordada de abismo
Aquella ciudad no
nos contiene
Estamos abandonados a la evocación
Viejas paredes guardan
herméticos grafittis
Lectura para miserables
y ciegos
descubre en los poros
un poco -sólo
un poco de dulzura
(Liba confundido el perfume angelical)
Escalera abajo
yerro
el símbolo
va
a dar a la falda
amante
(algo humedecida por la verdad
por el insomnio
infante
noctámbulo)
La pensión
mugrosa
acompaña con cuarteto
escalón
por
escalón
Este pasaje
aletarga brazos
abrazos
hace
que el corazón retroceda
Mustio latido
resta darse vuelta
y saludar
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